Pistorius, ¿Prometeo encadenado?

El lunes pasado, 3 de marzo, comenzó el juicio contra el atleta sudafricano Oscar Pistorius por el homicidio de la modelo y novia del corredor Reeva Steenkamp y por poseer armas de fuego. 

El velocista ingresó a la Corte Suprema de Petroria, Sudáfrica, por una puerta trasera para evitar algún contacto con los medios de comunicación. Su llegada fue a las 10 am (hora local). El atleta olímpico y paraolímpico reiteró que él no es culpable del asesinato de su pareja.

Todo inició con el testimonio de un vecino que describió oír unos “espeluznantes gritos” que provenían de al lado, seguidos de disparos, en la noche que murió Steenkamp. "Algo terrible estaba sucediendo en esa casa", dijo Michelle Burger. Después contó a la corte que escuchó gritos de una mujer y un hombre pidiendo ayuda. "Justo después de las tres (horas), me desperté por los terribles gritos de una mujer", dijo. "Entonces también escuché a un hombre pidiendo ayuda a gritos. Él gritó tres veces por ayuda".

Burger le comentó a su esposo que llamara a las autoridades. Una vez que el testigo oyó los disparos en el interior de la casa donde residían la pareja, no se escuchó más nada por el resto de la tarde. 

En la corte estaban June Steenkamp, madre de Reeva, y los hermanos de Pistorius, Carl y Aimée Pistorius. Thokozile Masipa es la magistrada que dictaminará el futuro del corredor, después de evaluar durante 3 semanas las opiniones de ambos lados de la historia del asesinato de Reeva Steenkamp.

En el caso particular de Sudáfrica, el asesinato planificado puede acarrear una cadena perpetua con un mínimo de 25 años, la posesión del arma conllevaría 15 años y, cualquier cargo por involucramiento con  otro armamento sumaría 5 años a la cuenta anterior. En el caso de zafarse a la condena, podría obtener 15 años por asesinato culposo.

El siguiente video pertenece a La Sexta Noticia.

Días previos al juicio, Pistorius habló por primera vez en público, después de suceder el asesinato, a través de su página web.

Pistorius pasó de estar en los podios de los Juegos Paraolímpicos de Verano y de ser venerado como un Dios griego a ser enjuiciado y posible Prometeo encadenado.